TVE ha comprado los derechos de la producción estadounidense
Javier del Pino. Washington
En un panorama televisivo en el que raramente sobreviven las ideas más imaginativas, un jóven
productor estadounidense ha logrado crear una serie fresca y adictiva que trae a la pequeña
pantalla un género tan cinematográfico como el de las catástrofes. Perdidos, que estrena el 4 de
abril la cadena Fox (21:30, dial 21 de Digital + y cableoperadores)- y cuyos derechos ha
comprado TVE, aunque no sabe cuando la emitirá-. cuenta la vida de un grupo variopinto e
improbable de supervivientes en una isla aparentemente desierta. Es una serie de personajes
secundarios, y en este caso están escogidos y creados con gran habilidad.
Los requisitos del guión convirtieron el primer episodio de Perdidos en el piloto más caro de la
historia de la televisión en EEUU. Los dólares se ven en la pantalla, especialmente en la primera
secuencia que- sin desvelar aquí su contenido - parece sacada de una producción taquillera de
Hollywood.
No parece casualidad que el creador de la serie, JJ Abrams, haya sido escogido por Tom Cruise
para dirigir la tercera parte de Misión imposible. abrams había inventado antes dos de los
personajes televisivos más interesantes de los últimos años, la universitaria Felicity, que daba
nombre a aquella comedia, y la agente Sydney Bristow, de Alias. Esta vuena serie (Lost, en
original inglés) mezcla los fundamentos de las dos anteriores: las relaciones personales y la
acción.
Abrams ha buscado una vía narrativa que permite justificar la presencia en la isla de este
conglomerado heterogéneo de personajes con nacionalidades, identidades y valores antagónicos.
La claustrofibia que puede generar el tamaño limitado del espacio se compensa con una gran
riqueza del perfil personal de esos secundarios, que saltan constantemente de un segundo plano
a un lugar protagonista y de vuelta al trasfondo de la acción. La revisión de sus pasados, que se
ofrece con cuentagotas, va permitiendo entender poco a poco las razones del comportamiento de
cada indivíduo.
Alias tiene fama de ser una serie tan compleja como para llegar a espantar a la audiencia, que
puede perder el hilo si no atiende a detalles con devoción. En Perdidos esa intensidad se reduce
y se cambia por un factor sorpresa qeu nunca defrauda. Es admirable que a alguien se le pueda
ocurrir tal cúmulo de extrañezas e n un lugar tan pequeño.
Cuesta designar a los protagonistas porque quienes lo son en los primeros episodios pueden
dejar de serlo a medida que avanza la narración, aunque los principales parecen ser el médico
Jack, que interpreta Matthew Fox; una jóven de pasado oscuro llamada Kate (Evangeline Lily) y u
ninquietante señor mayor que parece vivir en otro mundo (Terry O'Quinn, un habitual de
Expediente-X y Alias).
La serie podía haberse convertido en una mezcla de La Familia Robinson con En los Límites de
la realidad, pero ha buscado y encontrado un lugar intermedio que proporciona una sensación de
incertidumbre poco común en un drama televisivo.