Una de las series más famosas en EEUU se emite en La Primera al término de
la final del Roland Garros.
Javier del Pino, M.A. Palomo. Washington
Las emociones y el enorme tirón de la final del torneo de
tenis Roland Garros darán hoy paso inmediatamente, en la programación de
TVE-1, a la serie Perdidos, uno de los recientes éxitos de la temporada en EEUU.
Perdidos llega así casi de tapadillo, ya que su estreno
no estaba previsto hasta el próximo domingo; pero todo parece indicar que hoy
es un buen momento para el debú, aprovechando la presencia masiva de
espectadores ante el televisor, convocados por la exitosa participación del
tenista Rafael Nadal en el torneo parisiense.
El caso es que, por sorpresa, TVE ha anunciado el
desembarco de la serie tras la emisión del partido. La decisión supone
esquivar los 11 días reglamentarios que marca la ley para que las cadenas de
televisión den a conocer el contenido de sus parrillas de programación.
En cualquier caso, Perdidos se anuncia como una de las
apuestas veraniegas más firmes por parte de TVE en el campo de la ficción. A
Perdidos le acompañará en breve Mujeres Desesperadas, otra de las series más
notorias del panorama televisivo, centrada en el retrato de cuatro mujeres que
desnudan sus vidas en la pantalla y muestran la cara oculta de una vida
cotidiana gobernada por la hipocresía y el desencanto personal; una serie que
actualmente se emite en el canal Fox, en Digital +.
Perdidos, considerada el bombazo de la temporada en la
televisión de EEUU, cumple una de las normas no escritas de este complicado
negocio: no son las estrellas las que hacen televisión, sino que es la
televisión la que hace estrellas. Y Perdidos ha hecho unas cuantas, porque al
menos 10 personajes fijos protagonizan el que, en su primera temporada, ha
constituido uno de los éxitos del año.
La serie parte de una trama que en principio parecería
tener los días contados: un avión se estrella en una isla desierta. A pesar de
semejante minimización de escenarios y posibilidades, el talento de su creador,
JJ Abrams (que ya ideó Felicity y Alias) ha sido capaz de mantener a los
espectadores pegados al televisor semana tras semana.
Los misterios encadenados capítulo a capítulo
proporcionan una constante sensación de inquietud; al mismo tiempo, el recurso
al flashback que relata la vida personal de cada protagonista antes del
accidente permite componer el perfil de los supervivientes mediante situaciones
más convencionales. Dado que nadie sabe exactamente cuántos han sobrevivido,
los guionistas pueden permitirse la incorporación de nuevos personajes, pese a
que la acción se concentra en un espacio narrativo tan reducido.
Para los actores, el accidente de avión se ha convertido
en un premio de lotería: ahora viven en Hawaii (donde se rueda la serie) y han
convertido sus rostros y sus nombres - como Evangeline Lilly, Dominic Monaghan o
Josh Holloway - en el elenco más cotizado de la televisión.
En una época televisiva dispuesta a relegar la ficción a
un segundo plano, Perdidos (y Mujeres Desesperadas, también en la ABC) han
venido a demostrar en EEUU que el género narrativo aún es capaz de contar con
el reconocimiento de la audiencia, si sabe aportar originalidad.