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Bienvenido
a Lostzilla.net , una web dedicada a la serie de
televisión LOST que emite el canal ABC. Para
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~LOST: El final está cerca. Gracias a
llegaronparaquedarse~
Al principio, el vuelo 815 de Oceanic
comenzó a sacudirse en algún lugar sobre el Índico. "Mi marido no deja de
recordarme que los aviones quieren volar", dice Rose nerviosamente al pasajero
sentado a su lado, un prestigioso cirujano llamado Jack Shepard. "Bien, parece
un hombre inteligente", replica Jack. Momentos después, el 815 se parte en tres
trozos, desperdigando su contenido por una isla. Veinte minutos dentro del
piloto de "Lost", el mensaje estaba claro. Hay situaciones en las que los
intelectuales de libro no son útiles, en que los empollones acaban con el huevo
por sus caras. O, tomando una cita de la Biblia, "Al profesarse a ser sabios,
terminan siendo locos". "Lost" constántemente alude a la Biblia: identidades de
personajes (¡Shepard!), tramas, referencias explícitas a la escritura. Mientras
los fans empiezan a especular sobre la temporada final de la serie, que se
estrenará el 2 de febrero, harían bien en recordar que más que nada - y más que
en cualquier otra serie de televisión - "Lost" es una serie sobre la fe. No es
por nada que la foto promocional de esta temporada consiste en el cast en un
retrato estilo a "La última cena".
Como género, la ciencia ficción en sí misma es una especie de religión, con
fervientes creyentes, aquellos que desaparecen durante la Comic-Con y ponen
"Jedi" en sus profiles de Facebook en el apartado de "creencias religiosas". "Lost"
no es una excepción a este tipo de devoción. Ha generado una ferviente comunidad
online - Lostpedia, una wiki obsesivamente detallada, contiene cerca de 60.000
artículos - y una subcultura literaria hiperbólica, con títulos como "The Myth
of "Lost": Solving the Mysteries and Understanding the Wisdom".
Unos fans tan dedicados quieren una resolución satisfactoria añ final de esta
sexta temporada, pero eso difícilmente parece posible para todos. Como las
estrellas principales, el Dr. Shepard (Matthew Fox) y el fatalista John Locke
(Terry O'Quinn), los espectadores de "Lost" entran en dos categorías, aquellos
que se adhieren a la razón y aquellos que siguen su fe. Los literalistas de "Lost"
creen que la serie es infalible, que no solo es una creciente y apasionante
serie, sino que está escrita con santidad, inspirada divinamente,
omniscientemente concebida, y absolutamente carente de errores. En otras
palabras, los muchos cabos sueltos - el mosntruo de humo, los osos polares -
deben ser resueltos. A los progresivos les gusta la serie, pero aceptan sus
limitaciones. Saben que las series de televisión se adaptan, los actores se van
o las actrices quedan embarazadas, los errores se recortan, los guionistas van a
la huelga. Más que eso, saben que las ideas cambian, que algunas buenas ideas
quedan huérfanas en favor de otras mejores, que "Lost" no debe ser perfecta para
ser importante. A corto plazo, "Lost" ha ido más allá de ser sólo una serie
sobre la fe para ser un meta-comentario de la fe.
Es una pena que el legado de "Lost" descanse demasiado en su habilidad para
reconciliar las contradicciones, los hilos enrevesados y las preguntas de final
abierto que esa enorme y ambiciosa mitología es capaz de crear. Es, sobre todo,
una serie sobre las grandes preguntas que descansan en el corazón de la
experiencia humana. ¿Somos especiales? ¿Hay un designio de lo que ocurre en
nuestras vidas? ¿Qué significa todo eso? Los dioses del universo "Lost", Calton
Cuse y Damon Lindelof, deberán responder a las preguntas que han creado cuando
la historia acabe, del mismo modo en que preguntarían al creador universal cosas
como, "¿Por qué les ocurren cosas malas a la gente buena?". Mejor que las
respuestas no sean vagas. Si "Lost" intentase un no-final como el de "The
Sopranos", Cuse y Lindelof deberían escapar a, digamos, una isla que no
apareciese en los mapas. Pero cualquier final que ate los lazos de las tramas
grandes y respete a los personajes satisfará a los progresivos de "Lost",
aquellos que no están obsesionados con el significado de todo y la disfrutan por
lo que es. "Lost" no es una metáfora de la fe, es una metáfora de la vida. Es
más divertida cuando dejas de cuestionarte todo y la disfrutas.
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