Quizá una de las razones por las que las ofertas cinematográficas de este
verano parecían tan blandas es porque llegaron después de una temporada
televisiva especialmente brillante especialmente (pero no exclusivamente) con
Mujeres Desesperadas, 24, The Wire, The Shield y Lost.
Ah, Lost. Nunca ha habido algo en televisión que capturara la imaginación de
esa forma, excepto Más allá del Límite y Expediente X. Esta serie podría
parecer al principio el equivalente ficcional de Supervivientes, pero Lost se
separó de cosas como los consejos Tribales casi de inmediato, y no hay pruebas
de inmunidad (creo que el tío que fue aspirado por el motor del avión en el
primer episodio lo dejó claro).
El argumento es muy simple: 48 superviviente de un accidente de avión en una
isla tropical. Pero los valores de producción y los personajes son de
sobresaliente. Lost proyecta un sentido de verdadera sorpresa y misterio, algo
totalmente inusual en un medio más conocido por su predictibilidad y
aburrimiento.
Hay mucho en el aire para la segunda temporada, y no hablo de si los que iban en
la balsa volverán (lo harán), de si Kate dormirá con Jack (no lo hará) o de
si Charlie probará la heroína que Locke y Boone encontraron (por supuesto que
lo hará). Lo que realmente está sobre la mena no es nada menos que el alma de
lo que yo denomino "la nueva televisión".
La crítica perfecta a la antigua televisión es la ofrecida por la película de
Rob Reiner Stand By Me. Gordie Lachance pregunta a sus amigos si se han fijado
en que la gente de Wagon Train (una serie de los 50) nunca parece llegar a
ninguna parte. Por supuesto, cuando crezca, Gordie será escritor, pero
incluso a los 12 años sabe que las historias deberían parecerse a la vida, y
la vida tiene un principio, una mitad y un final. Crecemos, cambiamos, tenemos
éxito y fallamos; finalmente cedemos ante la muerte, pero no seguimos en ese
vagón.
Todas las series que he mencionado arriba tienen esto en cuenta. Pero también
se enfrentan a un gran problema, alias "La primera directriz de la Cadena
de Televisión: No puedes matar a la gallina de los huevos de oro".
Esa directriz es lo que hizo que la última temporada de Expediente X fuera
ignominiosa. No hubo un verdadero cierre (al contrario de lo que ocurrió con El
Fugitivo, por ejemplo, en la que el Dr. Richard Kimble finalmente se encontraba
con el hombre de un solo brazo en las soberbias dos horas finales de la
conclusión); sin la presencia continuada de David Duchovny, Expediente X
navegó a la deriva hacia un mar de aceite negro, y allí murió. Podría haber
abofeteado a los ejecutivos de la Fox por hacer eso, y a Chris Carter por
permitir que ocurriera. Si JJ Abrams, Damon Lindelof y su pandilla de co-conspiradores
permiten que algo similar ocurra con Lost , me voy a cabrear
todavía más, porque esta serie es mejor. Nota a Abrams y sus guionistas:
vuestras responsabilidades incluyen saber cuando escribir The End.
El entorno de Lost es exótico; estoy seguro de que todos los televidentes han
jugado alguna vez con la idea de que les gustaría ser uno de los supervivientes
(especialmente cuando parece que tienen una cantidad de ropa ilimitada). El
número de personajes es grande: tenemos 13 personajes principales, y más de 30
supervivientes de los que tirar. Y hay preguntas fascinantes. ¿Qué es la
bestia? ¿Qué pasa con el oso polar? ¿Qué hace ese barco en la isla?
¿Quienes son Los Otros y donde se esconden? ¿A donde lleva la escotilla? Esas
coincidencias, que son más como convergencias, han hecho que esté de acuerdo
con la opinión popular en Internet y los chats: que los supervivientes están
muertos y en el purgatorio, en un lugar en el que pagar por sus pecados antes de
continuar.
Los mismos creadores podrían no saber por qué los números que hicieron ganar
la lotería a Hurley están en la escotilla, o la importancia del oso polar en
el comic que Walt leía antes de que Sawyer disparara a uno de verdad en el
llano, pero a quién le importa? Los principales atributos de los creadores son
la arrogancia y la fe: fe en que habrá una solución y la arrogancia para creer
que son las personas adecuadas para encontrarla. Lo difícil será decirle a la
ABC que Lost se acaba en la tercera o cuarta temporadas, mientras la audiencia
sigue loca por la serie.
Disney, dueña de la ABC, por supuesto, gritaría histérica en contra. Llamar a
Lost (como a Mujeres Desesperadas) la gallina de los huevos de oro es quedarse
corto. Estamos hablando de millones, y si el show dura lo suficiente,
potencialmente cientos de millones en DVDs y más.
Nada de eso cambia el factor básico: cuando una comida está en su punto, ha
llegado el momento de sacarla del horno. Y cuando una historia está
perfectamente contada, ha llegado el momento del fundido en negro. No me importa
si Jack, Kate y los otros se dan cuenta de que están muertos y descienden por
la escotilla hacia un rayo blanco de luz o si entran en guerra entre ellos en
una masacre digna del final del Señor de los Anillos. Pueden descubrir que son
parte de un experimento 8humano o alienígena). Jack incluso (dios!) podría
despertarse y descubrir que todo es un sueño (odiaría eso, de hecho).
Pero por favor, tíos, no maltratéis a esta gallina con años de flashbacks sin
sentido. Acabadlo como queráis, pero hacedlo cuando llegue el momento apropiado
para el cierre. No sigáis en el vagón.