Como Desmond Hume, su personaje, Henry Ian Cusick gusta de llevar la camisa
abierta. Una indumentaria corriente en el complejo de lujo Kahala, al sur de
Oahu, isla veraniega incluso en invierno. En una de los cientos de
habitaciones de este hotel, el ventilador se refleja en las gafas de sol de
este actor, que ejemplifica como pocos el carácter multiétnico del reparto
de Perdidos. Su madre nació en Perú y su padre en Escocia, pero "el mejor
trabajo de su vida" le ha llevado a criar a sus hijos en Hawai: "A veces me
preguntan sobre la serie, pero, si me da por responderles, contestan:
'¡Bah!, eso no hay quien se lo crea, papá'".
Pese a su corta edad, los
retoños de Cusick deberían haber escarmentado después de contemplar cómo un
oso polar, un mostruo de humo negro y un consejero que no envejece conviven
en una isla magnética que igual salta en el espacio que en el tiempo. En
episodios anteriores... "Mi primera escena era un 'flashback' con Jack, y le
arreglaba el tobillo, así que me dije: 'Bueno, mi personaje es un
doctor'. Luego pensé que yo era un ángel, porque no hablaba de medicina,
sino de milagros. Más tarde, un soldado. Luego, un monje. Cada vez
que recibes un guión, te preguntas: ¿Adónde va dirigido todo esto?�. Y aún
no lo sé...".
Por eso, Cusick se aferra a una máxima que hace oídos sordos ante tanta
incertidumbre: "Cuando tienes que interpretar una escena, simplemente,
interprétala. Que los guionistas se encarguen del resto".
Fascinado por Ben e intrigado por Jacob
Califica a Ben como "el personaje más fascinante", aunque reconoce que en
los últimos tiempos anda "más intrigado por la historia de Jacob y el hombre
de negro". Éstos han movido los hilos en una batalla entre el bien y el mal
que promete intensificarse: "La Biblia ha influido mucho en la
serie. Un evangelista, una capítulo, unos versículos... Así se organiza
'Perdidos'".
Antes de unirse al elenco de la ficción, no sabía nada de Hume, quien, al
igual que Locke, Rousseau, Bakunin y Burke, da nombre de pensador a un
personaje de la serie. "Me apasiona el aspecto filosófico de 'Perdidos'. A
Desmond le ordenaron que apretara un botón cada 108 minutos porque, si no,
el mundo acabaría. ¿Tú qué harías?".
Se siente "identificado" con el viajero homérico Ulises. A ambos les
esperaba tras su odisea una Penélope, pero Desmond ya la encontró, y por
ella ha rechazado volver a la isla. "Me volvieron a llamar los productores,
así que les pregunté: '¿Y qué pinto yo aquí?'".
Hasta que lo descubra, se ha mudado de Inglaterra a la urbanización de
Lanikai (al este de Oahu), donde también residen Josh Holloway (Sawyer) y
Evangeline Lilly (Kate), cada uno, claro, por su lado. Por si acaso, lo
silencia, con una sonrisa socarrona: "¿Mi lugar favorito de Hawai?
No pienso decirlo. Puedes ir a Waikiki [la playa más visitada del
lugar]". Un día después de esta conversación, está sentado delante de su
casa, con una toalla. Tras percibir unos ojos clavados, se escapa como un
ave esquiva.
En la entrevista sí se despide, con su fórmula habitual: "Te veo en la
otra vida, hermano". Y apunta: "En la sexta temporada veréis cosas
relacionadas con esa frase2.