I love you, Penny!
Coletilla marca de la casa, la historia de Desmondo (nombre con el que Hurley lo bautiza) es la historia de una búsqueda. Lo primero que sabemos de él es que está a punto de casarse con una chica llamada Ruth cuando decide, de la noche a la mañana, romper el compromiso y meterse a monje. Es decir, búsqueda de sí mismo. Al salir del monasterio conocerá a Penélope, el amor de su vida, de la que se separa por voluntad propia para volver a buscarse a sí mismo en el ejército. El resto de su vida será, reconocido el error, una búsqueda del amor perdido. De Penny...
Desmond llega a la isla en un velero, por accidente, y allí será encontrado por Kelvin Inman, quien adoctrina al escocés en los quehaceres de la escotilla, en las profundidades de The Swan, la primera estación Dharma que conocemos. Durante tres años, Des no sale a la superficie, ya que Kelvin le ha hecho creer que hay un virus mortífero. Ambos se turnarán para introducir los números en el ordenador (4, 8, 15, 16, 23, 42...), hasta el punto en que Des creerá firmemente en ellos, en la iniciativa Dharma, en los relevos... hasta que un día sorprende a Kelvin reparando su velero y con planes de escapar de la isla. Enloquecido, mata por accidente a su compañero y de vuelta a la escotilla, con todas las alarmas sonando y a punto de fallar en su cometido de introducir los números en la computadora, planea acabar con todo no sin antes consumir el único libro de Charles Dickens que no ha leído: Our mutual friend.
En ese momento, la vida de Desmond se cruzará con la de los losties. Locke y compañía descubren la escotilla y se adueñan de ella, hecho que el escocés aprovecha para huir. Al final de la segunda temporada tendremos de vuelta a un Des perdido, incapaz de alejarse de la isla. Volverá a The Swan para volver a creer, para darse cuenta de que el accidente del vuelo 815 fue, de alguna manera, culpa suya, culpa de que no pulsara los números en su momento. Culpabilizado al máximo, decide poner una vez más fin a su búsqueda: se despide mentalmente de Penny y se prepara para implosionar la escotilla.
Pero Desmond sobrevive. Renacerá (curiosamente, es el único personaje que sale de la implosión sin ropa, algo muy simbólico) en la tercera temporada con lo que al principio nos parece un poder sobrenatural: ver el futuro. A la carga que ya lleva encima (buscar a Penny) Desmond deberá añadir otra durante la tercera temporada...
You're gonna die, Charlie...
Otra frase mítica del escocés. Desmond prevé varias muertes para Charlie, y de todas le ayuda a escapar hasta que el músico dice basta y se sacrifica por sus amigos. Durante toda esa tercera temporada vemos a un Desmond desconocido, que pasa de no saber nada, de vivir engañado, a poder visionar ciertos flashes del futuro.
Desmond es un personaje al que hay que dar de comer aparte. Su historia es una de las más conmovedoras, impactantes y jugosas, si es que se puede decir eso en una serie en la que comparte protagonismo con Locke, Ben o Jack, por citar sólo a tres ejemplos... Pero, con únicamente cuatro episodios centrado en él, Desmond ha sido capaz de regalarnos algunos de los mejores minutos de Lost. La tensión asfixiante del final de Live together, die alone, la insuperable paranoia de Flashes before your eyes, señora de pelo blanco incluida, la presentación de Penny a las puertas del monasterio del Catch-22... y bueno, qué os voy a contar de The constant que no hayamos dicho ya... Personalmente, me quedo con los minutos que protagoniza al principio de la segunda temporada, al ritmo de Make your own kind of music, una escena por la que siento especial debilidad.
Desmond es el héroe trágico para el que todos deseamos un final feliz, y al que odiamos un poco cada vez que se entesta en perpetuar la tragedia, ya sea tirando un anillo al río o embarcándose en una vuelta al mundo. Dentro de la isla juega un papel secundario: nunca ha estado dentro del círculo de poder, aunque sí ha dado réplica en numerosas ocasiones a los dos gallitos del corral, Jack y Locke. Desmond escoge el bando del primero tras la escisión de los losties, y junto a Sayid pone rumbo al carguero de Naomi en cuanto tiene ocasión, decisión que le lleva a experimentar ciertos desórdenes temporales, pero también a reencontrarse telefónicamente con su amada Penny.