Aviso: este post contiene información sobre la tercera temporada; si lo lees, es porque quieres...
La tercera temporada empezó con un Locke mudo tras la implosión de la escotilla, recuperado gracias a un extraño ritual en el que tuvo una visión, probablemente una alegoría sobre el papel y el futuro de cada uno de los habitantes de la isla. Los últimos episodios emitidos nos han devuelto a un Locke centrado, confiado, con la fe recuperada y con un claro objetivo: saberlo todo sobre la isla. Eso le ha llevado a cerrar varias puertas de salida. Voló la estación de comunicaciones en el capítulo Enter 77 y destrozó el submarino en n The man from Tallahassee. Su única meta ahora es descubrir los secretos de los Otros, de la isla y de todo lo que pueda, abandonando el campamento de los supervivientes si hace falta.
Como pasa con casi todos los personajes, la historia isleña de Locke tiene grandes paralelismos con lo que ha sido su trayectoria vital. El mayor problema de John ha sido, de siempre, su incapacidad para medir a las personas, lo que le ha convertido en blanco fácil de los engaños. Con quien peor lo ha pasado ha sido con su padre: Anthony Cooper. Él le estafó para conseguir un riñón, que Locke le cedió desinteresadamente, y también por su culpa perdió a Helen, su pareja. Cooper se ha revelado además como el personaje más cruel de la serie y pese a ello Locke no puede quitárselo de encima ni cuando coinciden en la isla. Tras el accidente, Locke recuperará su capacidad para andar y, con ella, volverá poco a poco a ser una persona segura de sí misma.
Ademáss:
- Locke ha destruido ya dos estaciones Dharma: Cisne y Llama.